Michael Voorhes vivía en el número 13 de la calle del Percebe. Un día salió de casa con intención de visitar a su abuelita, que vivía en la calle Elm. A medio camino se encontró con Freddy Krueger, que hablaba solo:
–Candyman, Candyman...
–Buenos días, señor con sombrero –dijo Michael.
–Buenas noches –dijo Freddy, el señor con sombrero.
–¿Qué haces?
–Llamar a un amigo, pero no me coge.
Michael sacó un objeto de uno de sus bolsillos, una especie de muñeco de Yoda de Star Wars.
–Toma, prueba con esto.
–¿Qué es eso?
–Mi teléfono de última generación mutante. Es de Yodafone.
Pasó un coche patrulla, conducido por un poli maniaco. En la radio sonaba Jeepers Creepers. Michael vio a Cary Elwes en la parte trasera del coche, esposado, y con un serrucho en la mano siniestra.
–Buenas tardes –dijo un hombre con chupa de cuero y cara de ídem–. ¿Por aquí voy bien a Tejas?
–Sí, sí, todo recto.
–Es que me espera una silla –explicó CCC (Chupa y Cara de Cuero).
Apareció la duquesa de Alba espitosa y los mató a todos.
CITA: “Esta historia da más miedo que la duquesa de Alba espitosa” (Txikito de la Tajada).
Dedicada a Chucky.
Viernes 13 de julio de 2007.
Hora: 18.50.
(Publicada en el número 19,5).
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